La guerra de 2012

La guerra de 2012 es una pieza de ficción serializada que se publica dos veces a la semana, los lunes y jueves. Se empieza leyendo las entradas más antiguas, es decir, por las entradas que están más abajo.

Entre el 24 de noviembre de 2009 y el 19 de febrero de 2010 se publicó la Primera Parte de la novela.

A partir del 4 de marzo de 2010 se publicó la Tercera Parte y la novela acabó el 20 de mayo de 2010 .

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Ahora que acabó la novela, cuál es tu personaje favorito?

martes, 29 de diciembre de 2009

XI. El ascenso




“G-Y: Más que una empresa, una familia”

Slogan del grupo G-Y

En su barrio, no se dejaba de hablar sobre los últimos incidentes. El hundimiento del BAP Almirante Grau había provocado la ira de la Marina de Guerra, y al día siguiente esta había anunciado el inicio de guerra submarina en aguas territoriales chilenas. Lo hizo con un espectacular triunfo. El seis de abril, el BAP Angamos sorprendió a propios y extraños al lograr escabullirse en la base naval de Iquique y hundir un tanquero de la armada chilena. Logró escapar sin sufrir daños. La reacción chilena fue furiosa. En la acción habían muerto civiles, lo cual fue representado ante el público mapochino como una afrenta y violación a las leyes de la guerra, además que demostraba la barbarie de los peruanos. El gobierno emitió un ultimátum al gobierno peruano: si para las 5am del 7 de abril no se desmilitarizaba la región Tacna y regresaban todos los buques de la marina peruana a su base en el Callao, Chile procedería como en estado de guerra. Y efectivamente, ese día al despertar, leyó las primeras noticias sobre la invasión chilena.

Se aseó como pudo, ya que el racionamiento le impedía una ducha en ese momento. Por si acaso, usó más de un solo sachet de desodorante. Afortunadamente en la oficina siempre había agua, así que ahí se asearía más, discretamente. Tomó la combi y se dirigió al trabajo.

Mientras oía gritos de gente que aparentemente había saqueado el Saga Falabella del Mega Plaza Norte, se puso a leer las noticias. El Perú había rechazado el ultimátum chileno, por lo cual los chilenos habían declarado el inicio de una operación “para salvaguardar la seguridad e intereses de los ciudadanos y capitales chilenos”. Los tanques chilenos cruzaron la frontera a las 5:01am y avanzaban cautelosamente con dirección a la ciudad de Tacna, donde se esperaba que hubiera resistencia por parte de la 3ª brigada de caballería. El Perú denunció este acto de agresión y se aprestó a entablar otra protesta a la ONU. La OEA estaba intentando interponer sus buenos oficios para alcanzar un cese al fuego inmediato y el restablecimiento de las negociaciones. Nadie esperaba mucho de esos esfuerzos. Entre tanto llegaban reportes de ataques aéreos chilenos sobre posiciones peruanas en Tacna, e incursiones navales dentro del mar peruano. Se especulaba especialmente sobre la postura que tomaría Bolivia en este conflicto, ya que la fuerte crisis que aquejaba a Argentina lo anulaba como posible participante.

San Isidro parecía estar más tranquilo, notó. El ejército había tomado control de los establecimientos chilenos antes de que pudieran ser atacados por las turbas. Pero la presencia del ejército en las calles de todas formas le resultaba intimidante. ¿Habría leva? Había leído en los foros que hacía un par de días habían levado en San Marcos. A los reclutas les pegaban y les hacían tomar ron con pólvora. Esperaba no tener que pasar por ello. Llegó con una hora de tardanza a las oficinas de G-Y, aunque muchos debían haber estado con retrasos semejantes, ya que había menos gente de lo normal.

Apenas se había ubicado en su cubículo cuando vio pasar a su jefe inmediato, con la cara roja de furia. Por favor, Ingeniero, el Doctor Hoepken pregunta si podría regresar a su oficina a conversar las cosas con calma. ¡Ni huevón! Estaré cojudo, yo. Creerá que soy idiota. Dígale que se vaya a la mierda. Su jefe ingresó inmediatamente a su oficina, y Maycol lo oyó maldecir una y otra vez, mientras botaba sus cosas en algunas cajas rápidamente. Algo estaba pasando en la oficina, y él no estaba muy seguro de lo que era, y sus amigos Franco y Enrique no llegaban aún para chismearle. Pasado un rato, bajó Santiago Hoepken, y se encontró cara a cara con el Ingeniero. Este lo miró, y siguió su camino, cargando las cajas de cartón. Hasta nunca, Santiago.

Hoepken quedó consternado. Miró al semi abandonado sótano e hizo contacto visual con Maycol. ¿Tú trabajas acá? Sí, doctor. ¿Qué haces? Soy analista de sistemas. ¿Así que tú sabrías hacer funcionar estas cosas? Sí, doctor. Muy bien. Sube a mi oficina en veinte minutos. Maycol seguía confundido. ¿Por qué renunciaría su jefe? ¿Qué había pasado? Esperó los veinte minutos que le indicaron, y subió al vigésimo piso. Perfecto, tío Ernesto. Usted y sus colegas quedarán muy contentos con el Proyecto “M”. Claro, claro. Y usted y yo también, ja. Bueno, de ahí hablamos. Le señaló a Maycol que pasara.

Buenos días, Maycol, toma asiento. Qué bueno verte por acá. He estado revisando tu hoja de vida y estoy muy impresionado. Veo que utilizaste sus habilidades informáticas para “obtener inteligencia” de la competencia el año pasado. Buen trabajo. Ya sabes, en la guerra, el amor y, sobre todo, los negocios, vale todo, ¿no? Le guiñó el ojo. Bueno, acá en G-Y apoyamos a las personas con ambiciones, como tú. Queremos crecer contigo, y que ayudes crecer a G-Y. Veo que eres de los que se ponen la camiseta, ¿no, Maycol? Sí, doctor. Claro, así queremos que sean nuestros colaboradores. Mira Maycol, disculpa por la escenita que tuviste que ver ahora en la mañana. Pero toda crisis es una oportunidad. Queremos ascenderte a jefe de área. ¿Estarías interesado? Muchas gracias por la confianza, doctor. Sí, me encantaría, sería un honor. Muy bien, Maycol, así me gusta. Podremos hacer grandes cosas. Mira, como estamos en medio de esta cuestión, no te podremos dar un aumento ahora mismo, pero seguramente para fin del trimestre. No se preocupe doctor, yo entiendo. Perfecto Maycol. No tengo que recalcarte lo importante que es el trabajo que están haciendo, y el buen trabajo que has hecho y que esperamos sigas haciendo. Por favor, es de suma importancia que se termine de hacer las copias de seguridad del Proyecto “M”. Sí, doctor. Perfecto, Maycol, puedes ocupar la oficina de la jefatura de área. Muchas gracias, doctor. Se dieron la mano y Maycol se retiraba, con una sonrisa de lado a lado, sus ideas de represalia desapareciendo momentáneamente.

Ah, una cosa más, Maycol. La empresa no puede dejar de tener sus servidores activos. La condición es que no importa qué pase, no puedes dejar de trabajar durante la duración de la guerra. Ya habrá tiempo después para unas merecidas vacaciones.

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