La guerra de 2012

La guerra de 2012 es una pieza de ficción serializada que se publica dos veces a la semana, los lunes y jueves. Se empieza leyendo las entradas más antiguas, es decir, por las entradas que están más abajo.

Entre el 24 de noviembre de 2009 y el 19 de febrero de 2010 se publicó la Primera Parte de la novela.

A partir del 4 de marzo de 2010 se publicó la Tercera Parte y la novela acabó el 20 de mayo de 2010 .

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Ahora que acabó la novela, cuál es tu personaje favorito?

martes, 24 de noviembre de 2009

I. Prefacio




“Al amanecer de hoy, tres brigadas chilenas, apoyadas por tanques y cazabombarderos, atacaron a la 32ª Brigada de Infantería. Durante las primeras horas, todas las unidades en Tacna sufrieron fuertes pérdidas.
Para evitar ser flanqueado, desplegué la Tercera Brigada de Caballería, pero tal como sabes, Otto, son pocos los tanques operativos en nuestras unidades. Y qué se puede esperar de esos viejos tanques T-55, que solo sirven para dispararle a las palomas.
Es difícil, muy difícil, Otto. Mis muchachos están peleando como héroes. ¿Pero qué pueden hacer contra un tanque o un avión? Donde hay alguna posibilidad de defender una posición nos sostenemos; luchamos desde cualquier punto fuerte, y el enemigo no nos puede desalojar. Pero son pocos los lugares así, y los chilenos siguen avanzando, evitan los ataques frontales, nos rodean; ganan tiempo y espacio. Los policías en la frontera también están resistiendo, pero quedan pocos y no tenemos cómo apoyarlos. Y así, los chilenos avanzan, insolentemente, altivos, comportándose como conquistadores. ¡Y esto en el primer día de la guerra! ¿Qué irá a ocurrir después?”
Comunicación del jefe de la Región Militar Sur al Comandante General del Ejército, Otto Gjurinovic
-7 de abril de 2012

Las relaciones entre Perú y Chile no se terminaron de recuperar tras el caso de espionaje de fines de 2009. Ese es el problema cuando uno moviliza el nacionalismo con fines electorales: una vez que se le permite surgir cobra vida propia, y no es fácil hacer que el genio regrese a la botella. Los candidatos presidenciales chilenos tuvieron que tomar el tema de qué hacer ante las “bravuconadas” peruanas como un asunto de Estado, y la retroalimentación entre propaganda política y opinión pública irónicamente convirtieron a Perú en una especie de “amenaza a la paz” con la cual había que lidiar firmemente, y alejarse de cualquier medida que pudiera parecer remotamente similar al apaciguamiento de la década de 1930 ante Hitler. Este endurecimiento frente al Perú incitó a su vez al nacionalismo peruano, tanto el estatal como el popular, que en las elecciones de 2011 impulsó a la presidencia a un candidato que prometía “salvaguardar firmemente” los intereses peruanos frente al accionar chileno. En el Perú, la que era vista como la amenaza era Chile. Las tensiones no habían alcanzado este nivel desde hacía muchas décadas.
Quizá no habrían bastado con estas tensiones por sí mismas, ni siquiera sumada la ya desbocada opinión pública en ambos países, para desencadenar la terrible guerra de 2012. Como es bien sabido, varios acontecimientos internacionales contribuyeron a desestabilizar la política mundial en los meses anteriores al inicio del conflicto. La caída súbita de los gobiernos pro-occidentales en Iraq y Afganistán y su reemplazo por gobiernos ultra-islámicos, sumado al anuncio formal por parte de Irán sobre su efectiva posesión de armamento nuclear, habían puesto a Estados Unidos a la defensiva en el Medio Oriente, así como dañado severamente su prestigio. La subida de precio del petróleo había desestabilizado la economía mundial y afectado duramente a los países no productores, tales como Perú y Chile. Aumentó la tensión entre Colombia y Venezuela, y estalló la guerra entre ellos, sin que hasta ahora se tenga absoluta certeza de quién la precipitó, pero quedando muy claro que fue Caracas la que pudo aprovechar los petrodólares para mantener la iniciativa en el conflicto. Tal vez fue la inhabilidad de Estados Unidos, la ONU y la OEA para ponerle fin a esa conflagración lo que hizo que la posibilidad de que estallasen otras guerras pasara de ser quimérica a un muy verosímil. Las demás crisis son también conocidas por todos. Y fue en ese contexto que la corte de La Haya emitió su parecer respecto de la controversia limítrofe entre Perú y Chile.
Se han escrito muchas páginas analizando el fallo de fines de 2011. Sobre si fue prudente que la corte se pronunciara cuando las relaciones entre ambos países se encontraban en mal estado. Sobre si el fallo mismo era justo, o si lo único que logró fue antagonizar a ambos partidos sin satisfacer a ninguno. Sobre si ambos gobiernos no reaccionaron de manera excesiva. Sobre si fueron los gobiernos quienes movilizaron a la opinión pública o si fue esta la que obligó a actuar a los gobiernos. Sobre si la vena del militarismo sigue presente en ambas, precarias, repúblicas. En cualquier caso, el fallo resultó ser la gota que colmó el proverbial vaso. Algún tipo de conflicto armado se volvía cada vez más difícil de evitar.
Esta crónica, sin embargo, no se centrará específicamente en la descripción de los diferentes incidentes que precedieron al inicio de hostilidades. Tampoco en narrar el desarrollo de las operaciones militares que tuvieron lugar durante la guerra misma. Esos temas están ampliamente difundidos en las infografías e incluso álbumes que sobre la guerra han empezado a circular. Lo que intentaré hacer es describir la vida de tres peruanos que participaron en la guerra; cada uno de los cuales, a su manera, tuvo un rol protagónico en su desenlace. Lo hago a pesar del “monopolio” informativo impuesto por las Fuerzas Armadas, en el cual se colocan a sí mismos como los únicos actores significativos de la guerra.
Conocí personalmente a uno de nuestros personajes, y fue al preparar unas breves palabras para su funeral que empecé a indagar más profundamente sobre su papel en la guerra. Entrevisté a sus familiares y amigos. Investigué en los archivos de nuestro centro de labores, que fue donde encontré las pistas que me llevaron a los otros dos personajes, a quienes procedí a investigar también. Mis averiguaciones me llevaron a descubrir cosas que aun hoy, y después de todo lo que hemos presenciado durante la guerra, me asombran.
Solo me queda pedir disculpas a los lectores por la precariedad con que es publicada esta crónica. Hay intereses muy atrincherados que se han asegurado de que esta no vea la luz en ninguna editorial “respetable”. La publicación en línea ha resultado mi única alternativa, ya que al haber sido despedido por mis pesquisas no cuento con otro medio. Aun así, considero que esta historia debe poder ser leída por mis conciudadanos. Sirva esto de homenaje a quienes ya no están entre nosotros.

5 comentarios:

  1. Una cosa es una División Blindada y otra una Brigada, incluso un grupo de solo 50 tanques MBT forman escuetamente un Batallón.
    Estimado MCSutton, ni Chile, ni Perú llegan a completar una DIVISION BLINDADA en su concepción clásica.

    Es interesante el inicio del relato, lo haces interesante, en los envíos de Enero veo una caída en la calidad de la trama, pero igual ya nos tienes enganchados.

    Suerte!

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  2. no se si ya terminó la historia y si no es así xq no encuentro las demás entradas.. pero de lo q lei q es bastante felicitaciones Mcsutton... muy imparcial tu punto de vista, libre de nacionalismos, excelente...desde Ilo-PERU... mis saludos a todos los q hayan leído este relato interesantísimo.. sean de la nacionalidad q sean

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  3. Dos yerros en esta primera parte:
    1) Otto Gargurevich en el 2012? Imposible, un Comandante en General en Perú dura en el mejor de los casos 2 años, no es como en Chile que permanecen 4 años.
    2) Perú no es un país productor de Petróleo? Ha escuchado hablar de Talara? de los yacimientos en la selva peruana? El oleoducto Norperuano?

    La ventaja estimado es que usted puede corregir estos errores en su blog, si los hubiera impreso en un libro, no tendría esa posibilidad.

    Por lo demás el relato esta interesante y lo seguiré leyendo. Siga adelante, difundalo en facebook y otras redes sociales.

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  4. No sé si estes muy lejos de la realidad... Dios quiera que no, pero esa guerra será muy diferente y mucho mas rapida de los que escribes....

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  5. Buenisimo, creo que al mejor estilo de la guerra mundial Z has descrito lo que creo (por lo menos al inicio y al final) pasaria en caso de un conflicto real

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