Francisco se terminó la lata de Vortex y la botó con las demás. El café le había dejado de surtir efecto, así que había empezado con las bebidas energizantes, Red Bull en particular. Pero como se sentía patriótico –y costaba menos– había optado más bien por la bebida nacional. Habían sido un largo par de días de trabajo, pero habían valido la pena. El taller estaba empapelado con diferentes fotos del nuevo tanque que había comprado el Perú, el MBT-2011 chino “modelo peruano”, y el prototipo lo imitaba adecuadamente. Le estaban dando los últimos toques a la pintura de camuflaje, para que se acercara lo más posible al original. Un tanque “bien pirata”, se podría decir.
Aprovecharon la ausencia de tránsito en la madrugada para llegar sin problemas al descampado propiedad del Ejército, en el desierto al norte de Lima. Salieron de la Panamericana y voltearon a la derecha, llegando a la garita de control. Bajó Francisco para hablar, y le pareció notar que su presencia le resultaba una sorpresa a los presentes. Reconoció al mayor que estaba ahí. Era el mismo del año pasado. Buenos días mayor, venimos para la evaluación de contramedidas anti-aéreas. ¿Contramedidas? Miró las hojas en su tablero una y otra vez. Qué raro, no hay registro de ninguna evaluación hoy día. Francisco miró a Juan, quien le dio una mirada de “te lo dije”. Nos convocó el general León, hace tres días. Teníamos que estar acá hoy, a esta hora para que se evalúen sistemas de contramedidas anti-aéreas. Mira, acá están los papeles. ¿Acaso no ha venido nadie más a presentar proyectos? No, Ingeniero, nadie. Mire mayor, creo que usted mismo se está dando cuenta de lo que está pasando acá. Déjenos pasar, los papeles están en regla. Además, usted sabe que nos robaron el año pasado, y yo sé que usted no está metido en la cochinada. El mayor en efecto había deducido lo que el general León estaba tramando. Los dejó pasar y les indicó el lugar donde debían preparar su dispositivo.
Para cuando vieron llegar tres 4x4s, ya habían reensamblado el Otorongo y lo habían tapado con las lonas. Vieron que el general León discutía con el mayor en la garita de entrada. Finalmente, se acercaron las camionetas. De las primeras dos bajaron oficiales uniformados, y de la última, civiles elegantemente vestidos. Recién en ese momento Francisco se percató de que no se había duchado en dos días y seguía con la misma ropa. Con el rostro desencajado, el general León los saludó. Ingeniero Ramírez, qué gusto verlo por acá, es usted un verdadero patriota, ejemplo de la creatividad peruana que es nuestra marca internacional. Bienvenido. Se dirigió a ambos grupos de civiles. Buenos días, gracias por presentar sus prototipos para esta evaluación de contramedidas anti-aéreas. Los oficiales acá presentes son los miembros del comité técnico evaluador. Como todos ustedes sabrán, estas evaluaciones normalmente toman meses o años, pero con la invasión chilena, el tiempo es un lujo que no tenemos. El ganador de esta evaluación será seleccionado por el Ejército para su producción.
El concurso es muy sencillo. Cada equipo instalará su dispositivo en un T-55, y después un avión de la FAP hará un ataque simulado. El avión dará diez pasadas contra cada equipo. El dispositivo que mejor proteja a su tanque será considerado el ganador de la licitación. Ahora, si me permiten un momento. El general se apartó y empezó a hacer llamadas telefónicas discretamente. Saquen los tanques de todas maneras. Sí, ya sé. Y diles a los de la FAP que vamos a necesitar el avión después de todo. Puta madre, ¿qué quieres que te diga?
Hay algunos retrasos logísticos, pero podemos aprovechar para que se vayan conociendo. Caballeros del comité evaluador técnico, este es el Ingeniero Francisco Ramírez, representando a un equipo de diseño de ¿San Marcos, no? Sí, mi general. De San Marcos, Universidad decana de América. Su proyecto lleva el nombre de… Revisó un fólder. “Otorongo”. Los oficiales rieron. Y este es el doctor Santiago Hoepken, representando al grupo G-Y, una de las compañías más serias e importantes del Perú, con más inversión en investigación y desarrollo. Su propuesta lleva el nombre de “Proyecto M”.
Esperaron a que llegaran los dos T-55 que había ofrecido el general. Con algo de dificultad Francisco convenció al general permitirles usar su propio vehículo para demostrar su dispositivo. Sería muy difícil instalar nuestro dispositivo en el T-55 tan rápidamente, déjenos usar nuestra maqueta. Los ingenieros de G-Y entre tanto instalaron su dispositivo en su T-55. Tiempo estimado de llegada del Su-25, cinco minutos. La tripulación del T-55 del grupo G-Y empezó a maniobrar en el descampado.
El cazabombardero hizo las diez pasadas. Ante cada una de ellas, el tanque lanzaba una granada de un humo denso. Cinco designaciones exitosas. Los militares aplaudieron. El dispositivo había reducido significativamente la vulnerabilidad del viejo tanque. Nos tomó algunos años perfeccionar la tecnología, pero finalmente hemos podido desarrollar un sistema de detección de designaciones combinado con un humo de complejas partículas que confunden al aparato atacante; tanto del guiado laser -por medio de sus propiedades refractivas- como a las infrarrojas -por tener una alta temperatura. Dennos unos meses y suficientes fondos, y el Grupo G-Y tendrá el orgullo de equipar a nuestros tanques con tecnología peruana de punta. Terminado su autoelogio, Santiago le dio un discreto guiño al general León.
Le tocaba a San Marcos. Desenfundaron al Otorongo, y Francisco y Milton se metieron. Los militares aplaudieron al ver una maqueta tan convincente. Las risas empezaron, sin embargo al ver al clon del MBT-2011 maniobrar torpemente en el desierto. Cada cierto rato, soltaba sin ton ni son una granada de humo mucho más ralo. Diez designaciones exitosas. El Su-25 se retiró hacia el sur.
El equipo de San Marcos se acercó para oír los resultados. León los miró sonriendo. No sé en qué consistía su sistema, ¡pero el avión no falló ni una sola vez! ¡Diez designaciones! Hoepken y los del grupo G-Y rieron, mientras que los evaluadores se mostraban fastidiados. Creo que habrían estado mejor sin el dispositivo. ¿Qué tipo de aparato le pusieron? Ninguno. El Otorongo es simplemente una vieja camioneta disfrazada de MBT-2011. No tiene contramedida electrónica alguna. Todos intercambiaron miradas de extrañeza.
Diez designaciones era exactamente lo que buscábamos. Esta vez le tocaba a Francisco sonreír. Cada ataque enemigo contra un Otorongo es un ataque menos contra un MBT-2011 de verdad. Dennos algunos días y podremos tener docenas de estos listos.
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vamos mas acción quiero leer algo como : El Ejercito Chileno a entrado impunemente al territorio Peruano destruyendo todo acto de defensa.....
ResponderEliminaraunque algunos les moleste ( solo es ficción o no?)
saludos.
Para leer eso supongo deberás hacer tu propio Blog al estilo Holliwood...
ResponderEliminarGO OTORONGO!!
Ahora si, una version mas completa y objetiva del combate del 31 de marzo de 2012:
ResponderEliminarLa oportunidad perdida del 31 de marzo
super interesante te felicito tienes gran talento como escritor la historia tiene misterio y es entretenida
ResponderEliminarslds
super buena tu historia te pasate...
ResponderEliminarel otorongo.. suponia ke iba a ser algo asi...
sigo esperando eso si algo reacionado con las fuerzas especiales del ejercito chileno.
bueno historia..! lo repito.
esperando la siguiente entrada nada mas