
“Al amanecer de hoy, tres brigadas chilenas, apoyadas por tanques y cazabombarderos, atacaron a la 32ª Brigada de Infantería. Durante las primeras horas, todas las unidades en Tacna sufrieron fuertes pérdidas.
Es difícil, muy difícil, Otto. Mis muchachos están peleando como héroes. ¿Pero qué pueden hacer contra un tanque o un avión? Donde hay alguna posibilidad de defender una posición nos sostenemos; luchamos desde cualquier punto fuerte, y el enemigo no nos puede desalojar. Pero son pocos los lugares así, y los chilenos siguen avanzando, evitan los ataques frontales, nos rodean; ganan tiempo y espacio. Los policías en la frontera también están resistiendo, pero quedan pocos y no tenemos cómo apoyarlos. Y así, los chilenos avanzan, insolentemente, altivos, comportándose como conquistadores. ¡Y esto en el primer día de la guerra! ¿Qué irá a ocurrir después?”
Comunicación del jefe de la Región Militar Sur al Comandante General del Ejército, Otto Gjurinovic
-7 de abril de 2012
Se han escrito muchas páginas analizando el fallo de fines de 2011. Sobre si fue prudente que la corte se pronunciara cuando las relaciones entre ambos países se encontraban en mal estado. Sobre si el fallo mismo era justo, o si lo único que logró fue antagonizar a ambos partidos sin satisfacer a ninguno. Sobre si ambos gobiernos no reaccionaron de manera excesiva. Sobre si fueron los gobiernos quienes movilizaron a la opinión pública o si fue esta la que obligó a actuar a los gobiernos. Sobre si la vena del militarismo sigue presente en ambas, precarias, repúblicas. En cualquier caso, el fallo resultó ser la gota que colmó el proverbial vaso. Algún tipo de conflicto armado se volvía cada vez más difícil de evitar.
Esta crónica, sin embargo, no se centrará específicamente en la descripción de los diferentes incidentes que precedieron al inicio de hostilidades. Tampoco en narrar el desarrollo de las operaciones militares que tuvieron lugar durante la guerra misma. Esos temas están ampliamente difundidos en las infografías e incluso álbumes que sobre la guerra han empezado a circular. Lo que intentaré hacer es describir la vida de tres peruanos que participaron en la guerra; cada uno de los cuales, a su manera, tuvo un rol protagónico en su desenlace. Lo hago a pesar del “monopolio” informativo impuesto por las Fuerzas Armadas, en el cual se colocan a sí mismos como los únicos actores significativos de la guerra.
Conocí personalmente a uno de nuestros personajes, y fue al preparar unas breves palabras para su funeral que empecé a indagar más profundamente sobre su papel en la guerra. Entrevisté a sus familiares y amigos. Investigué en los archivos de nuestro centro de labores, que fue donde encontré las pistas que me llevaron a los otros dos personajes, a quienes procedí a investigar también. Mis averiguaciones me llevaron a descubrir cosas que aun hoy, y después de todo lo que hemos presenciado durante la guerra, me asombran.
Solo me queda pedir disculpas a los lectores por la precariedad con que es publicada esta crónica. Hay intereses muy atrincherados que se han asegurado de que esta no vea la luz en ninguna editorial “respetable”. La publicación en línea ha resultado mi única alternativa, ya que al haber sido despedido por mis pesquisas no cuento con otro medio. Aun así, considero que esta historia debe poder ser leída por mis conciudadanos. Sirva esto de homenaje a quienes ya no están entre nosotros.