Quisiera poder escribir que la muerte de Jesús Trelles fue espectacular, mas no es posible. Al parecer, cuando fue asaltado su puesto de comunicaciones en las ruinas de Tacna, demoró en desenfundar su arma y se olvidó de quitarle el seguro, de manera que un soldado chileno le disparó impunemente. Chuta… acá pelean hasta las mujeres… Sí po… pero no deberían, ¿no vís que ni supo disparar? Si la teniente-coronel asimilada Jesús Trelles –amiga de Don Pedro Páucar de Uchullucllu y defensora de la Operación Leonidas– hubiera aguantado algunos minutos más, es probable que habría sobrevivido. La cabecera de puente en Sama y la cabecera de playa en Los Palos obligaron a los chilenos a suspender operaciones ofensivas en la ciudad. Todas las fuerzas posibles debían ser enviadas para contener y eliminar esas amenazas.
Le tocó a Arturo Llauce resistir el contraataque chileno en Sama. Era una carrera contra el tiempo en la que ambos bandos debían desprender fuerzas ya comprometidas en combate y moverlas a toda prisa hacia su posición. Por ende, tuvieron que enfrentar una interminable sucesión de confusos, pero intensos, tiroteos en la oscuridad entre las pequeñas unidades que iban llegando a la zona. Para el amanecer, su posición estaba sumamente comprometida. Prácticamente solo quedaba la unidad de infantería, ya que los Otorongos, al cumplir con su función hacerle malgastar munición al enemigo, habían sido diezmados. Le quedaban apenas unos tres.
En un momento crítico, un pequeño grupo de chilenos se había desplazado discretamente al flanco de la posición peruana, llevando un lanzador antitanque Spike y un mortero. Antes de que sus armas estuvieran listas, la tripulación del Otorongo 4-7 de Carlos García los detectó. Carente ya de cualquier armamento, el Otorongo enfiló hacia ellos directamente, con la única intención de atropellarlos. A pesar de que la tripulación no sobrevivió al fuego que recibió desde otra posición enemiga, logró su cometido, anulando la amenaza inminente justo a tiempo.
Fue recién con la salida del sol que un destacamento de MBT-2011 e infantería mecanizada reforzó la cabecera de puente. Desde acá, tenían ahora la opción de intentar caer sobre las posiciones chilenas en Sama, ir directamente hacia Tacna o establecer contacto con los desembarcados en la playa Los Palos. Por lo pronto, habiendo dejado de existir su unidad para todo propósito práctico, el comandante Llauce creyó que la guerra había terminado para él. El F-16 que empezaba su ataque instantes después lo cambiaría todo.
Siempre con la cara larga, Pancho. ¿Ahora qué pasa? Le mostró la lista de bajas. Había resaltado los nombres de Milton Valladares, Juan Condori y Henry Ríos. Los niños-genio habían muerto en el combate de la tarde. Vamos, Pancho, no hay mal que por bien no venga. Eran buenos patriotas, y la nación sabrá agradecer su sacrificio. ¡Puta madre León! ¿Acaso te crees las huevadas que andas diciendo? Claro que no, pues, ni que fuera cojudo. Pero mira, esto te alegrará. Le alcanzó un papel membretado por Austral Seguros. Un sobrino mío trabaja en la empresa que la controla, y se encargó de mover los papeles de tu nuevo seguro. A Francisco se le salieron las lágrimas a los ojos: el trasplante de su hija había sido aprobado. ¿Ves, Pancho? Para mis amigos, todo. Y tal como están las cosas, donantes no faltarán, ¿no?
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Novoa no era ningún novato, y detectó a tiempo la intención del bus que tenía al costado. Le dio buen uso a los frenos ABS de la 4x4 para maniobrar mientras frenaba, con lo cual pudo evitar buena parte de la fuerza del choque. El bus, en cambio, no tuvo la misma suerte. Instantes después del primer golpe, empezó a derrapar y su chofer perdió el control sobre él. Adoptó una posición cada vez más perpendicular a la Panamericana, hasta que la inercia hizo que empezara a dar vueltas de campana y se estrellara contra el puente peatonal que estaba al frente del centro comercial. Docenas murieron instantáneamente, tanto peatones como pasajeros.
Aun aturdidos, Novoa y su copiloto se bajaron para inspeccionar la condición de la 4x4. A pesar de que les había salvado la vida a su equipo y al prisionero, el vehículo estaba casi inservible. No había forma de llegar a su destino ahora. Con el tránsito interrumpido y la formación de una gruesa masa de curiosos, asaltar otro vehículo tampoco era una alternativa viable. Un joven empezó a acercarse hacia ellos, culpándolos del choque. Teniente, las cosas se ponen feas. Novoa sacó una subametralladora del auto y disparó una ráfaga al aire. Los curiosos huyeron rápidamente, por lo menos momentáneamente.
¿Ríos, qué necesitái para tu misión? Un lugar tranquilo, mi computadora y algunas horas. Novoa vio una mujer policía corriendo hacia ellos soplando su pito a todo volumen. Eso es imposible. Dame alternativas. Bueno, podría intentar encontrar el software maestro en la computadora de este weón y desde cualquier conexión de Internet lo envió para Chile. La policía ya estaba cerca. ¡Policía! ¡Salgan del carro con las manos arriba! Novoa sacudió la cabeza. Si algo se puede decir de estos cholos es que nunca se dan por vencidos, ¿no? Acribilló a la policía de tránsito y se metió a la 4x4. El auto hizo lo que pudo para entra al estacionamiento de Mega Plaza.
Bajaron del vehículo, siempre sujetando al prisionero. De varios contenedores sacaron blindaje personal, armas, granadas y otros implementos diversos, los cuales se repartieron. ¿Situación? No se preocupe teniente, que munición no nos hará falta. Muy bien. Primero debemos vaciar este lugar y tomar las posiciones más ventajosas. Recuerden que millones de nuestros compatriotas dependen de nosotros. ¡Viva Chile!
La cantidad de muertos en la batalla de Mega Plaza fue, sin duda, impresionante y síntoma de un combate encarnizado en extremo. Los cinco chilenos entraron al centro comercial soltando ráfagas al aire, lo cual provocó el pánico entre los parroquianos que aun no se habían percatado de lo que ocurría. En la estampida murieron no pocos. Particular impacto le provocó a Ríos ver a un par de niños llorando en torno al cuerpo inerte de su madre. Se separó de su grupo momentáneamente. Oigan chibolos, váyanse rápido, que acá empezará la batalla del fin del mundo. Miró al mayor. Ahora tú tienes que cuidar a tu hermanito. Sé valiente. A su regreso, Novoa lo miraba con extrañeza. Ríos, hai pasado mucho tiempo acá, parece que hasta te hai peruanizao.
A los minutos de su entrada al centro comercial, empezaron a concentrarse las primeras unidades de Serenazgo de Los Olivos, Independencia y San Martín. Pronto empezaría la batalla propiamente hablando.
Me parece interesante como novela, aunque irreal, ya que las batallas son entre un ejercito entrenado y moderno contra irreguares y tanques de mentiritas con armas obsoetas (mauser, misiles de los setentas, machetes). A estas alturas el ejercito de Chile estaría en Lima.
ResponderEliminarComo buen Chileno... no has entendido nada.
ResponderEliminarCreo que ya se puso irreal, la guerra es igual a estudiar matematicas, sino lo haces reprobaras y Chile lamentablemente, esta estudiando más que nosotros.
ResponderEliminarMas fome tu wea de novela.....es sabido que en menos de 3 meses estamos en Lima con la bandera Chilena Ondeando......pffffssss se mas realista....
ResponderEliminarhermano peruano una felicitacion por la cronica , esta buena aun que tiene el estilo de tolkin, artas historias paralelas, aun que me tomo de la opinion de un anonimo por ahy que dijo que seria más buena si aumentaras en la narración la cantidad de historias paralelas a la vez en vez de hablar de 2 en 2 , pero esta buena, res repito a los compatriotas chilenos que esto es solo una historia subjetiva , una narración , una hiperbole fuera de la realidad sin sustentación de ninguna editorial, la creatividad es buena a parte que alcaro para los que seguimos desde el principio la historia el punto de vista del relator es en tercera persona por eso es una CRONICA de 3 PERSONAJES claves en el conflicto,
ResponderEliminarPD: repito lo que dije en otra opinión por ahy "esta buena la historia pero nos estas haciendo perder :D" bueno, en fin igual esta buena
viejo, ustedes tambien son usuarios del spike, deberias saber q su uso no es como el de un bazooka, nadie usaria esa arma a una distancia tan pequeña como para q el otorongo venga y atropelle a sus sirvientes. Ademas lo mas seguro es q el lanzador aca en chile este montado en un vehiculo, lo mas seguro es q el EP lo use de la misma manera.
ResponderEliminarsocio, el spike tambien lo puede disparar un soldado solitario, y tienes razon, un otorongo ni MBT-2011 seria capaz de acercarse asi.
ResponderEliminarMuy buena la novela. publica como va el desembarco ese, ten en cuenta que ahora quedaron desabastecidos, y nosotros tambien tenemos infanteria de marina y artilleria.
todo lo demas bueno, dale no mas, es tu trabajo y tu sabes lo que escribes.
soy chileno y estoy leyendo esta novela
ResponderEliminarcomo critico es aceptable es una buena narracion pro si vemos las estrategias chilenas con las peruanas peru no tiene las de ganar pero bueno segire leyendo la narracion a ver en que queda igual te filicito por tu exelente novela peruano